En la nueva política económica, moral y social que hemos aplicado desde el principio de nuestro gobierno se ha desechado la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función de indicadores de crecimiento que no necesariamente reflejan las realidades sociales. Nosotros consideramos que lo fundamental no es cuantitativo, sino cualitativo, es decir, la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza. El fin último de un Estado es crear las condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y temores.
Por otra parte, más allá del simple crecimiento económico, es fundamental desterrar la corrupción y los privilegios para destinar todo lo obtenido y ahorrado en beneficio de las mayorías del pueblo y, de manera específica, en beneficio de los más pobres y marginados.
La estrategia central del gobierno en el terreno de la política social descansa en respetar, atender y escuchar a todas y a todos, pero otorgando preferencia a los pobres y humillados.
Siempre dijimos, ese fue mi lema de campaña por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el año 2000 que, por el bien de todos, primero los pobres. Esta frase debiera ser la esencia de la actividad política, porque es sinónimo de humanismo y una forma distinta de entender la importancia del poder, cuyo ejercicio, como lo he dicho muchas veces, sólo es puro y virtuoso cuando se pone al servicio de los demás.
AMLO
Pero atender a los más pobres es también, por si fuese poco, ir a la segura para contar con el apoyo de muchos cuando se busca transformar una realidad de opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna.
¿Quién defiende realmente a un gobierno democrático?
El pueblo, básicamente el pueblo.
¿Saben que Ricardo Flores Magón dejó muchas enseñanzas? Y tenía una frase que a mí me gusta mucho y la repetí y la repetí y la sigo repitiendo, decía: ‘Sólo el pueblo puede salvar al pueblo’.
Y otro oaxaqueño, el presidente más grande que ha tenido México, el mejor presidente en toda la historia, Benito Juárez, un indígena zapoteco, decía: ‘Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada’.
Por eso, ¿Quién respalda la Cuarta Transformación? El pueblo. Por eso, nunca, jamás vamos a traicionar al pueblo.
Y algo básico y esencial —y esto para los jóvenes, sobre todo—, algo básico y esencial: nada se logra sin amor al pueblo. Quizá en otros tiempos se podía fingir, simular, ir en campaña a pedir votos, abrazar a la gente y luego llegar al cargo y olvidarse del pueblo, a lo mejor en otros tiempos. Ahora, ya no.
El consejo a los jóvenes es: si quieren dedicarse al noble oficio de la política, no olviden que lo principal es tenerle amor al pueblo, querer al pueblo, profundo amor al pueblo. Nada se logra sin amor al pueblo.
El presidente López Obrador inició a las 9:30 la Marcha por la Cuarta Transformación, partiendo desde el monumento a la Independencia al Zócalo, donde llegó a las 16:45 para pronunciar su mensaje en el que a través del Banco del Bienestar se dispersarán los 600 mil millones de pesos para 25 millones de beneficiarios.
Hizo un público reconocimiento a nuestros hermanos mexicanos que viven en Estados Unidos, sumando una población de 40 millones pidió un aplauso por su apoyo económico, que este año será de 60 mil millones de dólares en beneficio de 10 millones de familias.
Comentó el presidente AMLO que México tiene muy buena relación con los Estados Unidos, siendo su primer socio comercial. Recordó que en los primeros 9 meses de este año de 2022 la inversión extranjera ascendió a 32 mil 147 millones de dólares, que significa un incremento del 20% con relación al año anterior.
Siempre he sostenido que el poder es humildad y que la austeridad no es un asunto administrativo, sino de principios, por eso en nuestro gobierno no hay lujos, ni derroche. Por ejemplo, cuando llegamos al gobierno la Presidencia manejaba un presupuesto de tres mil 600 millones de pesos, este año vamos a ejercer menos de 600 millones. Y así en todos los institutos, empresas, en las secretarías del gobierno federal, y también ya se empieza a notar en los gobiernos estatales.
El mensaje fue toda una cátedra de política, historia, democracia, que por momentos se transformaba en diálogo cuando a coro el público le respondía al presidente las interrogantes que le planteaba. Y, un aspecto pocas veces visto en las concentraciones del Zócalo, la mayoría de la concurrencia estaba cómodamente sentada en sillas.
Esto me hizo recordar los informes presidenciales de años anteriores, en que el Presidente en turno sólo informaba a los diputados y la gente si quería saludar al Ejecutivo, tenía que formarse por varias horas en una fila interminable.
En suma, López Obrador es otro tipo de presidente, vinculado con el pueblo, con una apertura periodística jamás vista anteriormente, con la conferencia mañanera cotidiana
Los gobiernos neoliberales, concedían el privilegio a los ricos de no pagar impuestos y a los pobres si se los exigían. Los programas sociales eran mínimos, casi inexistentes y en cambio, los rescates a empresarios y magnates, eran lo cotidiano con el dinero del erario.
Todo esto ha sido una colosal transformación que está beneficiando a México y a todos sus habitantes, en especial a los más ´pobres. Ojalá y este cambio siga adelante con los gobiernos del futuro, para que México recupere su senda de progreso y el mexicano vuelva a confiar en sus autoridades.
AXIOS_1